La desaparición de los motores de combustión, los impuestos de matriculación según emisiones, el precio de los carburantes... Son muchos los factores que dificultan, cada vez más, la circulación a los propietarios de coches diésel o gasolina. Para más inri, un estudio confirme que de cara al final del próximo 2023 estos conductores, que representan el 53% del total, tendrán que comprar un coche nuevo. ¿Por qué?
Pues porque el 2023 es la fecha límite para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes diseñen e implementen zonas de bajas emisiones, restringiendo así el acceso a los vehículos más contaminantes al centro de estas localidades y reduciendo su uso. Esta directriz forma parte del plan de choque de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada de los Presupuestos del Estado de 2022, con el objetivo de descarbonizar la movilidad urbana y mejorar la calidad de vida en las ciudades, donde los niveles de contaminación suelen exceder los máximos estipulados.
Las ciudades, según el INE, que cumplen los requisitos para tener la obligación de crear estas ZBE son 149 en total y según los cálculos de Idoneo.com, en ellas habita el 53% del total de conductores españoles. "En un plazo corto de tiempo, muchos ciudadanos necesitarán un vehículo electrificado para poder moverse por su ciudad", ha vaticinado Eduardo Clavijo, CEO de este marketplace dedicado al renting de coches.
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