Madrid Foro Empresarial celebra en la Fundación Pons una jornada informativa titulada “Combustibles renovables: una vía eficaz para la descarbonización del transporte”

Madrid Foro Empresarial celebra en la Fundación Pons una jornada informativa titulada “Combustibles renovables: una vía eficaz para la descarbonización del transporte”

La electrificación no es la única alternativa posible para la descarbonización del transporte: los combustibles renovables son una realidad y pueden ser tan eficaces o más a la hora de reducir la huella de carbono; sólo hay que apostar por ellos, como complemento de la opción eléctrica e incluso aprovechando las sinergias entre ambos. Ésta es la principal conclusión a la que se llegó en la jornada organizada por Madrid Foro Empresarial en la Fundación Pons, que sirvió para presentar el informe de NTT Data sobre la eficacia de los combustibles renovables para cumplir los objetivos de descarbonización.

La jornada fue presentada por Víctor García Nebreda, coordinador de la Mesa de Energía y Medio Ambiente de Madrid Foro Empresarial, y secretario general de AEESCAM, y contó con la participación, en forma de coloquio, de David Cuesta, director de Consultoría de Negocio de NTT Data, y de Inés Cardenal, portavoz de la Plataforma para los Combustibles Renovables.

Alternativa o complemento a la electrificación

En su presentación, García Nebreda dejó claro que “no se trata de criticar el coche eléctrico; simplemente queremos dejar constancia de que existen otras alternativas a la electrificación, como son los combustibles renovables, que se pueden poner ya en marcha con las infraestructuras actuales”.

David Cuesta, de NTT Data, explicó que los combustibles fósiles (que incluyen biocombustibles, procedentes de biomasa y residuos, y otros de origen no biológico, con CO2 capturado del aire), “se pueden utilizar ya mismo, mezclados con los combustibles actuales, para reducir la huella de carbono del sector del transporte, que en España representa el 37% del total de emisiones de CO2, 230 millones de toneladas en 2021”.

Según Cuesta, los combustibles renovables constituyen la solución ideal para un sector como el del transporte pesado, que cuya electrificación resulta muy compleja por el enorme peso que tienen las baterías necesarias para dotar a los vehículos de la misma autonomía de la que gozan con los combustibles actuales.

Además, estos combustibles permiten mantener la misma flota actual, no precisan de inversiones en estaciones de carga y de dispensación, su impacto es inmediato.

Materias primas

Respecto a la materia prima para la obtención de estos combustibles renovables, el responsable de NTT Data explicó que “España es el tercer país de Europa con mayor disponibilidad de residuos (cultivos sostenibles, residuos y CO2 biogénico) y se estima que los combustibles renovables podrían sustituir a entre el 33 y el 58% de los combustibles fósiles, dependiendo del plazo de tiempo”.

David Cuesta insistió en la idea de que “el sector del transporte es el principal objetivo de la descarbonización, porque es el mayor emisor. Se puede optar por la electrificación, en combinación con los combustibles renovables, lo que sería la fórmula ideal. No son soluciones incompatibles: pueden ser perfectamente complementarias y generar sinergias”.

Electrificación y combustibles renovables

Como pone de relieve el informe, de los casi 33 millones de vehículos que circulan por España, el 99% funciona con motores de combustión. Un 1% de aumento en el consumo de combustibles renovables tendría un impacto masivo en la descarbonización, equivalente a la puesta en funcionamiento de 425.000 vehículos eléctricos, que es un 15% más de los que había en 2023.

En palabras de Inés Cardenal, “la Unión Europea señala que el objetivo es la electrificación del parque automovilístico, pero en realidad ése es un instrumento, porque el objetivo final es la descarbonización del transporte. Empujar hacia la electrificación masiva no atiende a las necesidades de los usuarios, por el alto coste económico que tiene”.

Problemas de la implantación del vehículo eléctrico

Uno de los problemas a los que se enfrenta el vehículo eléctrico es la lentitud en su implantación, debido al coste económico. Como señaló David Cuesta, “el vehículo eléctrico tiene costes de propiedad menores para el usuario, pero el cambio no es asequible para el usuario medio, que no puede permitirse adquirir un vehículo eléctrico. Por eso hay que buscar alternativas sostenibles con el parque de vehículos actual”.

Un parque de vehículos que se caracteriza por su antigüedad; como señaló Inés Cardenal, “el vehículo más vendido en España el año pasado tenía más de 15 años”.

La fiscalidad penaliza a los combustibles renovables

Otro de los puntos que se pusieron de relieve durante la jornada celebrada en la Fundación Pons fue que los combustibles renovables se ven penalizados por la fiscalidad, ya que el Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IVA encarecen el precio de los mismos.

“Una bonificación o exención fiscal sería muy positiva: podría suponer un 24% de reducción del coste del vehículo en propiedad y entre un 13 y un 15% del coste del vehículo de nueva adquisición”, explicó David Cuesta.

Por su parte, Inés Cardenal lamentó que “ya se comercializan combustibles que son 100% renovables, pero fiscalmente se siguen tratando como si fueran combustibles fósiles, y eso no es justo”.

España, líder europeo en refinerías

Otro motivo para apostar por los combustibles renovables es el hecho de que España cuenta con un total de ocho refinerías, que representan el 10% de la capacidad total de la Unión Europa, y que se están convirtiendo en ‘hubs’ multienergéticos. Si se aumenta la capacidad de procesado de combustibles de origen biológico, se pueden acelerar los objetivos de descarbonización con un coste menor para la administración que la apuesta por la electrificación vía subvenciones.

Además, como indicó Víctor García Nebreda, “este aumento de la capacidad de procesado de las refinerías podría convertirse en una solución para los problemas de la España vaciada, porque existen grandes zonas con un nivel industrial nulo que tienen grandes posibilidades como generadoras de residuos, que son la materia prima de estos combustibles. Se podría establecer en ellas una primera industria de transformación y lograr así el desarrollo sostenible del mundo rural”.

En esta línea, Inés Cardenal insistió en que “se puede crear una nueva cadena de valor para estos residuos, integrando a la industria agrícola y forestal con la industria de los combustibles renovables”.

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