Los cambios a gran escala en el sistema alimentario mundial podrían permitir no sólo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino lograr emisiones netas negativas para el 2050, según un nuevo estudio publicado en la revista de acceso abierto PLOS Climate. A medida que crece la población humana de la Tierra, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del sistema alimentario mundial van camino de aumentar.
El nuevo estudio realizado por un equipo internacional dirigido por Maya Almaraz, de la Universidad de Princeton, y Benjamin Houlton, de la Universidad de Cornell, ambas en Estados Unidos, demuestra que la tecnología y la gestión agrícolas más avanzadas no sólo pueden reducir ese crecimiento, sino eliminarlo por completo generando emisiones netas negativas, es decir, reduciendo más gases de efecto invernadero de los que añaden los sistemas alimentarios.
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