Mañana entrará en vigor el Real Decreto del Gobierno que hará que los ciudadanos paguen 20 céntimos menos el litro de combustible, una medida tomada ante la inflación disparada y los precios de los carburantes, que fácilmente sobrepasaron los dos euros las pasadas semanas.
Para las gasolineras, que serán las responsables de aplicar la medida y adelantar ese importe, esto supone una preocupación, ya que verán mermado su modelo de negocio a medio plazo. Esto es particularmente cierto para las low cost, que vieron disparada su popularidad a lo largo de marzo, dado que trabajan con márgenes de beneficio más ajustados.
El director del Grupo Moure —que engloba empresas de lavado de coches y las gasolineras low cost Autonetoil—, Manel Montero, explica que «los márgenes se sitúan entre los cinco y 10 céntimos por litro y, desde un punto de vista de tesorería, se pasará a trabajar en negativo y por cada litro vendido habrá menos capital para comprar el siguiente».
A su juicio, el principal problema que ven en la normativa del Gobierno es la falta de transparencia en lo que respecta a la devolución de estos adelantos. «Se habla de la poca solidaridad de las gasolineras, pero creo que se confunde solidaridad con colaboración. Se nos ha convertido en brazo ejecutor de una medida aprobada por el Gobierno, sin los instrumentos económicos para llevarla a cabo».
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