Pocos dudan en el mercado que el sector de las renovables será uno de los grandes referentes del mercado en un futuro inmediato. Por si quedaba algún escéptico, el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha vuelto a poner de manifiesto su extraordinario potencial. Para 2025, las renovables ya se habrán convertido en la mayor fuente de generación eléctrica en el mundo, poniendo punto final a más de cinco décadas dominadas por el carbón como primer proveedor.
En este escenario, Repsol está apostando abiertamente por la salida a Bolsa de su división de energía renovable. Mataría así dos pájaros de un tiro. Sacaría un jugo rédito del creciente interés de los mercados en el sector y se protegería al tiempo ante una posible opa indeseada por parte de alguno de los grandes grupos energéticos europeos.
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