El último año se ha caracterizado por la iniciativa de Europa y Estados Unidos de poner barreras comerciales a los coches eléctricos chinos. Esto a pesar de ser una mínima parte del mercado. Pero las malas perspectivas de los grupos europeos y norteamericanos ha llevado a pensar que poner en marcha aranceles sería beneficioso. Ahora el tiempo está mostrando el impacto que estas medidas están teniendo, sobre todo para los consumidores.
Según los datos de la consultora S&P Global, de media, un coche eléctrico en Estados Unidos y Europa se ha colocado este año en los 60.000 dólares. El año anterior era de 50.000 dólares. Por lo tanto, a pesar de la importante bajada de costes de producción, europeos y estadounidenses tienen que pagar más por sus coches eléctricos.
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