Cada vez es más habitual ver vehículos eléctricos (VE) circulando por las ciudades y carreteras españolas y europeas. La penetración de este tipo de coches se ha incrementado considerablemente en los últimos años, y más después de que la UE haya impuesto fuertes restricciones a la combustión para reducir las emisiones de CO2, pero también gracias a las ayudas que existen para su compra. Y claro, esta situación ya está teniendo un claro efecto en la demanda de petróleo y de sus derivados (gasolina y diésel), que ahora está en jaque. ¿Qué es lo que puede pasar?
Pues según los analistas de UBS AM, el primer efecto ya se está dejando sentir, y es que "ahora se prevé que el pico de demanda de petróleo (el momento en que se alcanza el máximo nivel de demanda mundial de crudo) se producirá a finales de esta década". Mucho antes de lo previsto anteriormente.
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